
1700.
A manera de antecedente, es menester considerar que a principios del Siglo Dieciocho
a unos años de su llegada al Hospital de San Miguel, los frailes de la orden de Nuestra Señora de Belén, los monjes betlemitas, que en su momento se distinguieron por su esmero en la asistencia y caridad, advirtieron la necesidad de construir un nuevo edificio para el hospital y aún cuando realizaron intentos para lograr erigirlo a lo largo casi un siglo, no fue sino hasta 1787 cuando, gracias a la buena voluntad, notable visión y aportación económica de Fray Antonio Alcalde y Barriga, Obispo de Guadalajara, se procede por fin a su construcción.